¿Te imaginas un proyecto que busque liberar la travesía de escalada más larga del mundo? Te presentamos Breaking Rules Chulilla, una travesía sin precedentes.
Las Reglas Del Juego y el nacimiento de una motivación
Las Reglas Del Juego es una de las vías de escalada más curiosas de nuestra geografía, y no es solo por su belleza estética. Situada en el impresionante cañón de Chulilla, esta vía consta de unos 550 m de fisura horizontal libre de expansivos casi en su totalidad.
Esta mítica vía fue abierta en el año 96 por Vicente Cervera “El Presi” y Jesús García, en un estilo artificial y purista que le dio nombre, pues según sus aperturistas era condición sine qua non que se escalara de forma integral sin bajar de la pared ni recibir ayuda externa, al más puro estilo Big Wall.
Poco después en Diciembre del mismo año, Roy de Valera y Guillermo Sendra intentarían la vía con el objetivo de repetirla según las reglas establecidas, pero no les fue posible, y tuvieron que abandonar la tentativa para retomarla desde el punto en el que lo habían dejado, esta vez en el mes de abril del 1997.
Un fetiche del Big Wall
Esta vía podría ser uno de los fetiches más selectos e “inalcanzables” para los amantes del Big Wall de todo el mundo. En primer lugar por lo estético de su trazado, y en segundo lugar pero no por ello menos importante, por la exposición y el exigente nivel técnico que presenta.
Tal vez esto último sea la razón por la que no volvió a intentarse hasta que el 24 de Abril del 2018 nuestros colegas David Palmada “Pelut” y Javier Balaga “El Maño” volvieron al juego con la intención repetir la vía ciñéndose esta vez, eso sí, a las -Las Reglas De Juego- y es aquí donde nace nuestra motivación.
Breaking Rules Chulilla, un proyecto de liberación
En noviembre del recién acabado 2021, recibimos una invitación de Balaga para ir a ver el estreno de su película al Teatro Raval de Castellón y de paso proponer alguna colaboración. En cuanto vi el cartel dije que sí. Aunque no conocía de nada al Maño ni al Pelut, y no tenía ni idea de las propuestas que pudieran tener para nosotros, no había nada que pensar.
Estos tíos han repetido Las Putas Reglas Del Juego! esa locura de vía con la que llevo soñando desde que pisé Chulilla por primera vez.
Vamos para allá y que nos cuenten, a ver cuánta información podemos sacar, quizás sea una señal, el momento que tantos años he estado esperando. Ahora tengo los recursos tanto técnicos como logísticos y la experiencia suficiente para afrontar el desafío. Tal vez me falte un poco de forma física, pero si me lo propongo y encuentro al compañero adecuado, estoy seguro de que podemos liberar la vía.
La decisión ya estaba tomada, y cuando las perspectivas son aventura e incertidumbre aseguradas y 600 metros por delante con alto factor psicológico y muy probablemente, un par de secciones duras de séptimo y octavo grado, la ecuación es siempre positiva.
Matoxo “Víctor Basterra” empezó a lubricar en cuanto le enseñe los croquis y un par de fotos de la vía y con Pineda contaba desde el principio, así que ni siquiera se lo pregunté, estaba dentro desde el primer momento.
Así que los dos últimos días del año, sin poder esperar más, y a pesar de que no podemos coincidir todos, pongo rumbo a Chulilla para hacer una primera ronda de Reconocimiento.
Una aproximación a Breaking Rules Chulilla
Las Reglas Del Juego es uno de esos sueños locos, que a menudo no llegan a plantearse en serio como proyecto. Según la reseña original, 550 metros de recorrido horizontal a unos cuarenta o cincuenta metros del suelo por una fisura de caliza blanda que a veces desaparece, en un terreno que precisa de bastante limpieza antes de equipar una vía deportiva. Podemos imaginar cómo está el tema para escalar en libre auto protegiéndose por aquí.
A lo largo de su maratoniana línea se cruzan varios sectores de escalada de Chulilla como el Sex Shop, la pared de enfrente (Mar de Bering) y Los Diedros. Todos estos sectores son famosos por la calidad estética de sus rutas, entre las cuales predominan el séptimo y el octavo grado, lo cual nos hace sudar solo de pensar en tener que escalarlos en libre.
La buena noticia es que he escalado la mayoría de sus vías y conozco las secciones más duras, la mala es que de eso hace muchos años. Aún así, confío en que al ser sectores equipados podamos aprovechar muchos de los seguros químicos, parabolts y reuniones para poder protegernos y hacer que la progresión sea un poco más sencilla.
¿Para qué están hechas las reglas?
Pero no no es oro todo lo que reluce, y es que esta vía, como su propio nombre indica, tiene unas reglas que todo aquel/ella que quiera escalar debe cumplir, de lo contrario la ascensión no se considerará totalmente válida, por mucho que se fuerce en libre, no sería Las Reglas Del Juego.
Esto fue lo que me respondió El Pelut cuando le pregunté por las posibilidades de la vía para ser escalada en libre y mi intención de hacerlo algún día. Su respuesta sonó a reto, casi a sentencia, pues liberar algo así, a vista y de forma integral sin bajarse de la pared está muy fuera de mi zona operativa, sería como sí para enfrentar al Balrog, Tolkien hubiera escogido a Sam en lugar de a Gandalf. Un tipo duro, sin duda, pero tan solo un hobbit sin superpoderes al fin y al cabo. Así que sus palabras me hicieron pensar de lo lindo.
Yo ya había decidido que iba liberar la vía. Hacía muchísimo tiempo que no sentía una motivación tan grande por ningún proyecto de escalada y no pensaba abandonarlo por una complicación sin importancia como esta.
No obstante, las palabras del Pelut me calaron bien a fondo, pues según él nos contó en la presentación de la película, había esperado 20 años con un poster de la reseña original colgado en su habitación hasta encontrar el momento oportuno para entrar en la vía con todo lo que hay que tener, para escalarla ciñéndose a Las Reglas Del Juego.
Cuando se sintió listo tomó la decisión, cargó los petates y él y El Maño se dieron una paliza de 4 días a golpe de martillo, porteo de petates y montar y desmontar hamacas, por la que habría que ver si yo estaría dispuesto a pasar. Esto me infundió un grandísimos respeto a la vez que me inspiró y me animó a tomar una decisión:
Escalaré la vía en libre, pero como no puedo ceñirme a las reglas del juego, y no quiero hacer una chapuza, ni mucho menos faltar el respeto a estos tíos, las romperé por completo. Escalaré la vía del revés y añadiré a los primeros largos una nueva sección, El Muro De Las Lamentaciones, con lo que además redondeamos los metros de recorrido en seiscientos o más.
29/12/2021, Día 1, Chulilla. C0minenza Breaking Rules Chulilla
Así pues el 29 de diciembre del 2021 Pineda y yo nos plantamos debajo del muro para hacer un primer asalto de reconocimiento. Paramos en la entrada del sendero que da acceso al Sex Shop y Lucía, que nos acompaña en este viaje, nos hace una foto al más puro estilo Bridwell y compañía. Nos sentimos como los putos Stone Masters aterrizados en Chulilla, con la motivación por las nubes, y eso que todavía no hemos escalado ni un metro de la ya bautizada Breaking Rules Chulilla.
Nuestra idea para estos días es recabar el máximo de información posible sobre la vía: Acceso y salida, trazada, emplazamientos para reuniones, vías y sectores colindantes, y sobre todo que material podemos necesitar para proteger lo mejor posible.
Balaga que me ha dicho que ellos han ido casi todo el recorrido a golpe de martillo metiendo algunos friends en tramos de fisura neta, lo cual no me aclara nada las dudas, así que por si acaso cargo con dos juegos de Friends de uno y dos vástagos, dos juegos de micros, empotras y excéntricos por un tubo, con esto seguro que no nos falta de nada.
Al llegar al sector nos encontramos con una pareja que acaba de llegar y enseguida se suman otros dos. Echando un vistazo al camino observamos que esto no ha hecho más que empezar, estamos en plena temporada de escalada en Chulilla y este sector está de cremita al solecito, así que no tardará en llenarse de cordadas fanáticas, decidimos echar un bocadito rápido y ponernos manos a la obra con la intención de pasar el resto del día en la pared.
Orgasmatrón para almorzar
En el Sex Shop hay una vía de cuatro largos y cinco estrellas que, por inverosímil que me resulte, nunca había escalado.
Se llama Orgasmatrón, es la vía más fácil del sector y doy fe de que hace honor a su nombre. En un principio hemos decidido escalar solo los dos primeros largos para situarnos en la fisura horizontal por la que transcurre nuestro proyecto, pero al pasar por ahí estoy tan enchufado escalado que, sin pensarlo dos veces tiro millas y le digo a Pineda que voy hasta arriba.
Es algo que me sucede cuando estoy escalando, disfruto tanto de la belleza del momento que me resulta casi imposible romper la magia para ponerme con otras cosas. Cuando Pineda llega al top ambos nos reímos mientras me excuso diciendo que no podía parar, de escalar.
Ya hemos echado la mañana entera con el almuerzo y la Orgasmatrón, así que es hora de ponerse manos a la obra y ver que nos espera en la fisura. Al bajar la línea de rapel nos deja algo fuera del punto deseado y, para poder situarnos donde queríamos estar tenemos que hacer una pequeña maniobra extra, rapelando ambos hasta la segunda reunión y volviendo a escalar unos metros desde allí para montar
“R” en un lugar adecuado y poder asegurar con buena perspectiva.
Eso sin contar que no hemos subido el material de clásica, así que tenemos que pedir a una de las chicas que están a pie de vía que nos ate la mochila con todos los cacharros. Me encanta que cuando estás colgado en una reunión y pides algo la gente que hay a pie de vía se vuelcan para ayudarte en lo que haga falta, eso es la pura camaradería de la escalada. La próxima vez tal vez pida una hamburguesa…
Un Friend de doble vástago en horizontal metido a cañón y un excéntrico de los grandes en la fisura triangulados con un químico de acero inoxidable que aprovechamos de la Orgasmatrón nos dejan una reunión a prueba de bombas con la que todo tapiero soñaría en una vía de estas características. Hecho esto, y puesto que el sector bajo nuestros pies hacia la izquierda está lleno de gente, decidimos encarar el tramo que nos queda a la derecha, siguiendo lo que sería la línea lógica de nuestro proyecto.
Empieza la fiesta
El resultado son unos veinticinco metros de escalada súper excitante por terreno de aventura, con una fisura ancha que proteger tímidamente, en la que para meter un friend en condiciones tienes que sacar previamente tres o cuatro cucharadas de tierra (esta mañana he comprado un cepillo justo para prevenir esto, pero lo he olvidado en la mochila) una vez expandido el friend, rezas por que las levas estén traccionando contra roca de calidad y no esa cascarilla ponzoñosa que tanto gusto da ver saltar en pedacitos cuando tiras del seguro para ver como ha quedado.
Después de meter cuatro seguros, encuentro un parabolt por encima mío, y veo que por aquí cruza una vía que hace la primera reunión bajo mis pies. Se nos está echando la tarde encima y queda poco tiempo de luz, hay que ir pensando en cómo bajar de modo que una vez más, triangulo dos friends con el bolt y monto reunión para asegurar a Pineda.
En cuanto le veo aparecer por la arista del principio reconozco la tensión en su rostro fruto de la adrenalina, sin duda lo está vibrando como nunca. Después de sacar el primer seguro, le viene un tramo “fácil” aunque bastante expuesto en caso de caída, teniendo en cuenta que escalas en travesía sobre unos pocos seguros flotantes. Justo antes del siguiente seguro, un micro Z4 de los rojos, hay un bloque fisurado con una pinta buenísima para agarrar, tanto que al verlo más de cerca no puedo dejar de reír pensando en quien sea que lo haya puesto ahí, pues sabes que si lo coges no querrás soltarlo y, lo más probable es que termines yéndote para abajo con él.
-¡No cojas el bloque! Tienes que apoyarte en el diedro de la derecha, deja caer tu peso y abre los pies.
Le digo mientras trato de aparentar la máxima calma posible con la esperanza de transmitirle algo de serenidad.
Tiene el micro justo encima, yo no querría caerme de él, y menos teniendo en cuenta los cuatro metros que le separan del siguiente seguro. -Respira que es fácil para tí. Insisto tratando de ayudar si es que puedo. Pineda escucha mis indicaciones y las sigue al pie de la letra, sin duda posee grandes cualidades, pero no puedo olvidar que es la primera vez que se expone a una experiencia de este tipo. A penas lleva un par de años escalando, y su experiencia con vías de autoprotección no es mucha que digamos, además de que esta es una aventura totalmente diferente, una primera ascensión, como aquél que dice, por terreno totalmente inhóspito y desconocido.
-Puede que seamos las primeras personas que escalan este tramo en libre tío ¿a que mola?
Parece que mis palabras le ayudan a seguir moviéndose. El tío se lo está curando sin duda. Justo al salir del diedro, a un par de metros del último seguro, cuando parece que todo va a terminar un sustito final para rematar la jugada.
-Piedra! grita tímidamente.
Se le ha roto un canto, lo que faltaba. Unas cuantas respiraciones más y ya estamos juntos en la Reunión, donde decidimos aprovechar la cadena de nuestros pies para bajar a tierra y volver mañana con más energías. Hemos cumplido nuestro objetivo, disfrutar de un buen día de escalada y tantear la fisura para ver que tal se nos daba.
Una vez en el suelo volvemos a comer algo y hacemos camino hacia el bar pensando en la pasada de proyecto que nos queda por delante, y que no ha hecho más que empezar. Más de quinientos metros de escalada en travesía por un terreno de lo más exigente técnicamente, según acabamos de comprobar. Sin duda una hazaña de las que harán eco en la historia de Chulilla.